No parece socialmente presentable que en la actual situación económica y social de Canarias, con tantos indicadores de atraso, pobreza y precariedad en nuestra población, el Gobierno Canario se plantee siquiera la posibilidad de eximir del pago del IGIC a visitantes extranjeros, mientras la ciudadanía tiene que pagar el IGIC por todas sus transacciones económicas.
Tampoco parece sensato hablar de hacer más competitivo el destino Canarias para el turismo británico a costa de dejar de ingresar dinero en las arcas públicas, que revierten en el interés general, sino en todo caso hacerlo mediante medidas de promoción que no detraigan ingresos públicos.